Los abuelos maternos de mi hijo

Esta entrada la quiero dedicar a los abuelos maternos de Nicolás. Habrá otra para la abuela paterna, ¡prometido!

Desde antes de nacer, se preocuparon muchísimo de que todo fuera genial y tras la cesárea y el posterior ingreso de Nicolás, pasaron su mini calvario hasta que por fin vieron a su nieto y su hija en casa tranquilos. Como padres, y tras asesorarnos, pedimos el alta voluntaria en el hospital y ellos nos apoyaron en nuestra decisión.

El tipo de crianza que hemos elegido (más bien hemos sentido que nos salía de dentro hacer) a veces era un poco sorprendente para ellos como abuelos. El colecho, la alimentación autoregulada, el porteo, la lactancia hasta los dos años, el no interferir en su desarrollo motor, el uso de pañales de tela… De todas estas cosas ha habido temas que les ha costado más no criticar porque les chocaba mucho, sin embargo, han respetado nuestras decisiones y finalmente nuestro niño ha crecido feliz y todo ha salido bien.

Recuerdo las risas cuando les pedimos que desmontaran el dormitorio que nos querían poner (dos camitas y una cuna portatil que habían comprado). Solo queríamos dos colchones en el suelo! Fue cómodo hacer colecho así, tan cerca del suelo y el bebé gateando para subir y bajar de la cama.

Sobre seguir las teorías de Pikler nunca estuvieron muy de acuerdo, no les gustaba ver a ese nene tan grande gateando hasta los 16 meses, aunque sí se sorprendían de ver un bebé de 10 meses subiendo a un tobogán solito… Aun así, conseguí que no le dieran “la manita” para enseñarle a caminar, respetaron nuestra opción.

Sobre la alimentación autoregulada tengo otra anécdota curiosa: nuestro estreno delante de los abuelos dio como resultado uno de los pocos atragantamientos que ha tenido Nicolás. Sus caras y los ojos como platos nunca se me olvidarán. Me dijeron: por favor si vas a hacer esto, hasta que el nene no lo maneje bien, no lo hagas delante de nosotros que no estamos para estos sustos!! Pero luego han disfrutado viendo comer al peque desde muy pequeño de todo tipo de comida.

 

Sobre el porteo: desde muy bebé han porteado a su nieto. Mi madre ha utilizado la mochila fular “caboo” y la emeibaby para dormirle cuando se ha quedado con él. A mi padre con sus brazos le sobraba, jejeje. Sin embargo en su verano de los dos añitos de Nicolás, me lesioné y no pude portear y fue el abuelo el que bajó a su nieto a la playa en la mochila emeibaby toddler, para sorpresa de toda la playa, no acostumbrada a ver un abuelo porteador. Nicolás iba encantado en “la bolsa del Aba”.

 

Sobre el uso de pañales de tela: mi madre al principio creo que dijo algo sobre si yo estaba loca por usarlos. Pero viendo sus funcionamiento y facilidad de uso, se ha convertido en una defensora de los mismos, aunque siempre dejando claro que ella no los iba a poner a lavar, jejeje. Pero muchas lavadoras me ha tendido y destendido de pañales!!

Sobre su apoyo a la lactancia ha sido desde el primer minuto, además gozaban de verle con su mamá tan a gusto, cuando se iba prolongando, quizá se inquietaron un poco más, pero al final les dio hasta pena que le destetara, jejeje.

Quiero agradecer su presencia activa en nuestras vidas por todo esto y por muchísimas cosas más, además de por sus consejos y experiencia, sobre todo en límites y en intuiciones de abuelos basadas en experiencia (“este niño tiene lo que tiene= quiere teta”, “este niño tiene fiebre”, “este niño tiene sueño”…).

Gracias y seguid apoyándonos y disfrutando de la aventura de ser abuelos.

El porteo en la vida cotidiana: 5 ventajas del porteo “indoor”

 

Vivo en una casa con muchas escaleras. Esto supone ciertas incomodidades cuando tienes un bebé. El porteo nos ha salvado de cargar los brazos cuando vamos de una parte a otra de la casa. Por ejemplo, bajas con la ropa sucia a lavar y tienes los brazos llenos pero el bebé permanece dormidito a la espalda mientras haces tus tareas.

Lo mismo para cocinar, barrer, recoger la casa… Han sido muchas horas de siestas de mi bebé a la espalda mientras podía hacer cosas necesarias en el hogar.

Antes del porteo sufría de frecuentes lumbalgias y tras los años mi espalda se ha reforzado y no he tenido ninguna. Precisamente el pasado verano pasé dos meses de baja por una fractura en el pie, no porteé y me volvió la lumbalgia.

Si tuviera que contar las horas que he porteado, seguro que el saldo salía a favor de las horas de porteo dentro de casa, así que desde aquí os animo a probarlo, te da la libertad de tener a tu hijo vigilado estrechamente y poder hacer lo que necesites, además es un ejercicio para piernas y espalda que siempre viene bien.

¿Qué ventajas supone portear a tu bebé dentro de casa?

  1.   Te permite hacer las tareas de casa y mantener vigilado y contento a tu bebé. Muchas veces os quejamos de no poder hacer nada si tienes que cuidar a un bebé muchas horas. Y es bueno tener descanso si es lo que necesitas y que te apoyen en todo lo posible. Pero si ya te encuentras con fuerzas y ganas pero no puedes porque el bebé requiere vigilancia constante o es de los que la cuna les hace dormir menos de lo que desearías, el porteo puede ayudarte a moverte por tu casa mientras cuidas a tu bebé.
  2.   ¿Cocinar con tu bebé a la espalda? Es posible y yo he tenido agradables sesiones de cocinilla con mi nene dormido o despierto mirando todo. Solo tienes que guardar una serie de precauciones básicas: es mejor porteando a la espalda, delante tu visibilidad será limitada y solo podrás hacer cosas muy sencillas como zumo, accionar la batidora o cosas así (bueno, yo con mi thermomix hacia milagros, jejeje). No uses el fuego con un bebé delante, podría salpicarle aceite hirviendo o herirle el vapor. Incluso con el bebé detrás es mejor que no hagas cosas al fuego, aunque si no hay más remedio, evita freír o hacer cosas a la plancha que salten, mejor hervir o cocinar con ollas lentas bien tapadas. Toda precaución es poca, recuerda.
  3.   Las siestas del bebé puede que se alarguen. Esto nos pasaba a nosotros y conozco a muchas mamás que me cuentan experiencias parecidas. En la cuna duran X tiempo dormidos pero en cuanto hacen un microdespertar y ven que están solitos, te reclaman. Con el porteo si hacen estos despertares y se sienten sostenidos y en contacto con mamá, se duermen de nuevo casi sin darte cuenta.
  4.   Ejercicio. Parece que no, pero ir cargando un peso progresivamente hace que tu espalda y piernas se vayan reforzando. Aquí hay que tener una serie de precauciones importantes: en primer lugar, repasa todas las indicaciones sobre porteo seguro, además, hay que evitar coger grandes pesos, pues ya llevas una carga, hay que evitar ciertos movimientos bruscos, como giros repentinos del tronco o en diagonal, es más seguro hacer el movimiento despacio y controlando bien en todo momento. También es importante no olvidarse del bebé, especialmente si lo llevas a la espalda, no te olvides de que por muy enfrascados que estemos haciendo algo, llevas una carga en la espalda que debes vigilar y también debes descansar. Repasa cada rato la posición del bebé en el portabebé, si su cabecita está bien colocada, si tienes bien repartido el peso y no se ha movido nada…
  5.   Sensación de autonomía y recuperar la “normalidad”. Todos sabemos que las primeras semanas tras el nacimiento de un niño son muy especiales, estarás concentrada en tu bebé y en establecer una relación sólida de mutuo conocimiento. No estás para muchas más cosas que para cuidar y ser cuidada. Pero una vez pasa esta primera época, qué gusto dar sentir que eres capaz de hacer cosas sencillas como arreglar las plantas o cocinar esa sopa que solo a ti te sale tan rica.

Por último quería recalcar una idea. El porteo dentro de casa no solo es para mamás. Las parejas también se pueden beneficiar de ello, además si no han parido, en principio no tienen ninguna dificultad física añadida tras el nacimiento. Este ratito de contacto, de saber que también tú puedes calmar a tu bebé y ser un refugio seguro para él, será un tesoro para ti.

¡Ten cuidado con lo que el bebé puede agarrar mientras está en el portabebés!

¿Has porteado mucho dentro de casa? ¿Quieres compartir tu experiencia? Escríbeme en comentarios cómo lo vives o has vivido.

Miedo al fular o el gusto por el café

Cómo, a veces, tenemos prejuicios y miedos que con información pueden cambiar.

 

“Detrás de un prejuicio se esconden el miedo y la ignorancia”, Ryszard Kapuscinski

Hace muchos años, cuando olía por las mañanas el café que mi madre se hacía, me parecía que desprendía un olor delicioso. Pero eso sí, las pocas veces que lo probé de pequeña, me pareció un brebaje amargo y poco apetecible para comenzar la mañana. Me parecía una bebida de olor agradable y sabor desagradable. Unos años después, volví a probarlo calmadamente, primero con un poco de leche y azúcar, luego prescindiendo poco a poco de aderezos y fui aprendiendo a amar su sabor.

Hace muchos menos años, cuando veía una mamá porteando en un fular, me parecía una imagen preciosa. Me encantaban los colores de las telas, los diferentes nudos y cómo solía ir el bebé de a gustito. Sin embargo, cuando fui mamá, al principio ni siquiera quise probar un fular, pues pensaba que iba a ser algo muy complicado de colocar correctamente y que era un portabebés para expertas.

“El contagio de los prejuicios hace creer muchas veces en la dificultad de las cosas que no tienen nada de difíciles”. Pío Baroja.

En ambas anécdotas hay un punto en común: café y fular me atraían antes de probarlos. Y en ambas hubo el mismo proceso: al principio tuve que adaptarme, aprender a amar y aprender qué es lo que mejor se adaptaba a mi cuerpo (leche, azúcar, un determinado nudo, un determinado tipo de tejido)…

¿Qué es lo que te puede frenar para poder probar nuevas cosas en el mundo del porteo?

Una barrera importante es el miedo. Miedo a no saber colocarte el portabebés en cuestión, a colocarlo de manera insegura, a hacerte daño o al bebé, a ir arrastrando metros y metros de tela por el mundo…

¿Cómo podemos combatir estos miedos?

Creo que lo primero es tener toda la información posible, a ser posible adaptada a tus necesidades. Y en segundo lugar, probar y probar y probar. Recuerda mi café…. ¡de niña lo odiaba y ahora me parece delicioso! Al probar diferentes tipos de portabebés, o incluso dentro de un mismo portabebés, por ejemplo un fular, diferentes tallas, nudos, tejidos, podrás tomar una decisión informada, libre de prejuicios y sin miedo a equivocarte.

Así que, si te atrae portear a tu bebé con un determinado tipo de portabebés pero no te atreves por si no es para ti, te recomiendo que no te quedes con las ganas, infórmate, prueba, asesórate y ¡disfruta!

Pataditas, preparativos y mucho más

Querido hijo,

 

Ya faltan poco más de dos meses para que estés fuera de mí. Dentro parece que debes estas muy a gusto porque te mueves bastante y vas a ser un bebe fuerte con tantos ejercicios. Papa te nota desde fuera, y sabemos que reconoces su voz porque tus movimientos cambian cuando le escuchas.

 

Ya tenemos preparados los pañalitos de tela que te pondremos. Son súper suaves, lo mejor para tu piel. También estoy practicando con el portabebés, porque queremos tenerte muy cerquita del corazón cuando nazcas.

 

 La gatita Mina nos está ayudando con esto, ya que se mete en el portabebés y hace de bebé hasta que tú llegues.