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Caminando hacia la esperanza

He vuelto a colocar mis afirmaciones positivas en el lavabo del cuarto de baño. Cada día las volveré a tener presentes ahora que voy recuperando fuerzas.

Tengo ganas de volver a estar con energías e ilusiones, y aunque aún me falta recorrido para superar este duelo, empecemos retomando estas frases de ánimo que tanto me sirvieron hace unos meses.

Y hay que seguir esperando…

Parece que hay que seguir esperándote, hijo mío.  Ojalá prontito vengas con nosotros, porque ya lo tenemos todo preparado. Lo más importante: el corazón. Y lo secundario, el tema material.

Este mes de abril se abre una nueva oportunidad, otro germen de vida que espero que se quede para siempre entre nosotros. ¿Será esta vez la buena?

La incertidumbre es grande, ¡ojalá!

La operación del abuelito ha salido genial, está cada día más recuperado y esperamos que cure completamente en poco tiempo. ¡Bien por ello! No todas van a ser malas noticias.

Así que concluyo deseando un abril florecido, brotante, fértil, verde, jugoso, soleado y con mi futuro hijo en el vientre bien acogido.

Mañana: ¡punción!

Mañana a las nueve de la mañana será la punción en la que sacarán a los ovulitos. Espero que uno de esos ovulines sea el que inicie la vida de mi futuro hijo… Te esperamos con los brazos abiertos.

Después estaré todo el día de reposo entre el sofá y la camita, cosa que no me importa nada :).

Y en unos tres días, me transferirán un precioso embrioncito al que acogeré con todo mi cariño y amor, espero que se quede para siempre y ser su afortunada madre.

En mi debilidad, me haces fuerte.
Sólo en tu Amor me haces fuerte,
sólo en tu Vida, me haces fuerte.
En mi debilidad, Te haces fuerte en mí.

Año nuevo, nuevas esperanzas

Ya hemos empezado el año 2013, ¿será el año que por fin me verá embarazada? Ojalá, de todo corazón así lo deseo.

Me encuentro al comienzo de una nueva etapa. Todo es diferente pues hemos cambiado (¡por fin!) de casa, estamos contentos aunque hay habitaciones vacías que esperan ser habitadas, me llena de ilusión este nuevo lugar tan bonito y bien situado. Ya tienes hueco físico, hijo/a mío/a y es una habitación preciosa, pintada de un verde lleno de vida y con árboles como vistas en la ventana.

También iniciamos nuevo camino pues vamos a cambiar de clínica (¡nos han cerrado la clínica anterior!). Espero que sea un cambio para bien, ya iré contando nuestras impresiones…

Año nuevo, nuevas esperanzas, los mismos deseos y mucho AMOR

Noche oscura

No sé por dónde empezar… A veces cuando alguien desea algo con tanta intensidad, y pasan los meses y no se consigue, viene un bajón. Así que he de confesarlo, estoy de pleno bajón. Gracias a papá que ayer me salvó del mar de lágrimas en el que me ví metida tras ver por enésima vez el final de una película.

En ese final está la imagen misma de la felicidad para mí. El amor de pareja consumado y fructificado en un hijo por llegar. Es tan serena esa imagen, ella está tan confiada, tranquila, feliz y él la cuida, los protege a ambos y les da mucho amor… ¿alguna vez me veré yo así?

Anoche me dejé llevar por las lágrimas y la desesperación, pero espero poder ir recuperando el optimismo poco a poco…

Volviendo a emprender el camino

En los pasillos de mi trabajo de vez en cuando hay revuelos, risas, pequeños grititos y corrillos. Son visitas que las recientes mamis compañeras mías hacen a la empresa, para mostrar a sus rechonchos bebés con orgullo. Algunas simplemente sonríen y dicen lo encantadas que están de su nueva situación aunque otras se quejan amargamente del esfuerzo que supone ser madre, del tiempo que les exige y de lo agobiadas que están.
Cada visita me remueve por dentro, me hace patente mi situación de espera, de sueño por llegar… Sin embargo las chicas que se quejan amargamente me indignan, ¿cómo se pueden quejar tanto de algo buscado y deseado? ¿no comprenden que es una bendición de Dios lo que tienen entre los brazos? ¿Qué muchas llevamos años tras ese sueño?
Ya estamos a mediados de septiembre, otra vez a la espera de la “no” regla y viéndolas venir como siempre, para no ilusionarme tontamente, para intentar prepararme ante la consabida decepción. Y digo consabida pero en el fondo siempre hay esperanzas de que esta sea la buena, ¿por qué no?
La casa ya está pintada, tu cuarto será verde esperanza. La casa es casi toda verde en diferentes tonos, ¿servirá para recordarme tener esperanza y no perderla nunca?